miércoles, 30 de diciembre de 2015

Un brindis por el percentil 3!

La muñequita no-rechoncha de mi cachorro.
Hoy puede que escriba muy grinch, pero creo que es necesario. Igual la mayoría de las personas no sabe de la existencia de la palabra percentil hasta que tiene un hijo, y en algunos de los casos, esa dichosa palabra hasta ahora desconocida se convierte en una pesadilla sobretodo cada vez que acudimos a las revisiones con su pediatra o enfermera. 

¿Qué es un percentil? Pues desde el punto de vista pediátrico, podría decirse que es una forma de asustar, presionar y aburrir a los padres, pero para ser correctos, la realidad es que se trata de una medida estadística para calcular en qué punto se encuentra un niño (en peso, altura, y perímetro cefálico) en comparación a los demás niños de su edad, raza y sexo.

Básicamente  es ordenar las medidas de mayor a menor de 100 niños. El niño más alto sería el percentil 100, y el más bajo el 1. Cuando acudimos a las revisiones, siempre te dicen:

- Pues de peso está en el percentil 25 y de altura en el 50 (Por ejemplo).

Eso quiere decir que si pusiésemos en fila a todos esos niños, en cuanto al peso, habría 24 niños por debajo (con menos peso) y a 75 por encima. Y en cuanto a la altura, pues estaría justo en la mitad.

¿Problemas? Pues que parece que si no estamos en un percentil de 50 para arriba los niños están mal, y no es así. Estamos acostumbrados a ver niños rollizos, con mofletones y michelines desde las muñecas hasta los tobillos, y cuando vemos a uno que no se le marcan tanto, pues ya es raro no escuchar la frase de "Uy, pero está muy delgado, a este niño le hace falta suplementar con biberón".

Como madre  hasta las narices de tanta tontería y enfermera de pediatría hago un llamamiento para dejar de asustar a tantos pades! Llevo años viendo en la consulta a niños que pesan más y a niños que pesan menos, algunos en el percentil 3 y otros en el 97, y los sigues viendo durante años cómo crecen sanos y fuertes, sin ningún problema en su curvita del 3 o la que le toque, a veces no llegan ni a la curva. Y no pasa nada.

Y es que para que haya un niño 97, tendrá que haber 96 por debajo suya, no? Y no significa que estén peor ni mejor, en cada caso afecta la genética, el metabolismo de cada niño y muchas cosas más.

A ver, bien es cierto que los percentiles cumplen una función y nos sirven de ayuda en algunos casos donde realmente sí hay un problema de crecimiento o peso. Pero como toda herramienta, mal usada, puede hacer mucho daño.

Mi hijo nació en un percentil 50 de peso pero desde la siguiente revisión bajó a un percentil 3, y desde entonces se mantiene ahí (de hecho, ni llega, está en un 2,3) y para rematar la faena, de altura se encuentra en el 75, lo que le hace ser un bebé alto y delgado, que no tiene por qué ser un palillo.

Le hemos controlado, pesándole regularmente y viendo que su ganancia es normal (tirando a alta incluso) y él está sano, fuerte, muy activo y atento a todo, de hecho demasiado avanzado para su edad. Y pese a todo esto, seguimos lidiando a diario con personas que opinan que necesita un biberón porque "mi leche no es buena".

Afortunadamente, después del primer mes y medio, en la consulta no le han dado mayor importancia, ya que como digo, va subiendo progresivamente pero yo imagino a madres, sobretodo primerizas, que no conozcan realmente cómo funciona, y que les alarmen de esta manera, y hablo principalmente de gente que ni siquiera es personal sanitario, como me ha pasado a mí. 

Volvemos a lo mismo de siempre: Opinólogos. Padres, abuelos, vecinos o quien sea, que cree oportuno soltar su opinión no pedida y preocupar sin necesidad a unos padres que, bajo la presión añadida a las primeras semanas de vida del bebé, decidan empezar a dar ese biberoncito, y poco a poco lo que empieza siendo un suplemento puede llegar a ser un abandono de lactancia.

Por eso, brindo por esos niños del percentil 3 (o menos!), que son igual de campeones que los del 97. Y brindo por todos aquellos padres que día a día tienen que seguir aguantando las opiniones impertinentes de la gente, que de verdad, yo pensaba que había hecho un ejercicio tremendo de paciencia durante los 9 meses de embarazo.. pero no, esto si que no está pagado! 

Primera vez en el cine!

La calidad es malisima, pero sin flash poco se podía hacer.
Si nos descuidamos, a la próxima nos quita las palomitas!
Como comenté el último día, íbamos a ir a la sesión teta y.. Aquí la experiencia!!

Fuimos el lunes pasado a la sesión de las 17h en los cines La Vaguada, generalmente la sesión es a las 16.30, pero en la página de Facebook comunican cualquier cambio con muchísima antelación para que puedas planificarlo todo.

La verdad es que ese día, el cachorrillo estaba bastante activo y no las tenía yo todas conmigo, pero pasados los primeros 5 minutos en los que miraba a todas partes sin perder detalle, y tras varios intentos fallidos de quitarnos las palomitas, al apagarse la luz, fue directo a la teta y de ahí no se separó prácticamente en toda la película.

La sala en la que estuvimos era pequeñita, con un pasillo a cada lado de los asientos ideal para pasear con el bebé. No hacía ni frío ni calor, nosotros estábamos en manga corta y tan agustito! (Yo soy de las que hasta en verano se lleva chaqueta al cine, porque siempre paso frío). La película estaba bajita, y sin altibajos de sonido por lo que no hubo problemas de despertares bruscos. Y cuando nos marchábamos me dí cuenta de que había un baño al que se podía acceder directamente desde la sala!

No sé exactamente cuántas personas fuimos a la sesión, pero aproximadamente había unos 9 o 10 bebés y en ningún momento hubo ninguna crisis de rabietas que hiciesen a ningún padre salir unos minutos de la sala. Sí que hubo algún llanto, obviamente pero se solucionó rápidamente paseando por la sala. Mi bebé incluido lloriqueó un minuto antes de empezar la película y en cuanto su papi le paseó tres metros se solucionó. Algunos sí que tuvieron que estar un ratito de la película en pie, pero como el pasillo es en el lateral no hay problemas de visibilidad.

Vamos, que nosotros probablemente repitamos pronto, porque por un precio bastante reducido en comparación con el coste de una entrada normal en la mayoría de los cines, pasas una tarde agradable, sales, te distraes (Que buena falta hace!!) y los cachorrines ni se enteran! Y además ahora, que en invierno, tenemos todavía un poco más reducidas las opciones de salir por el frío, la lluvia, etc.

De nuevo, muchísimas gracias por la iniciativa! Y ojalá que muchos más cines se sumen, sobretodo en las comunidades donde no tienen ninguna opción!





jueves, 17 de diciembre de 2015

Sesión teta: Al cine con tu bebé

En la recta final de mi embarazo, fui varias veces al cine, y recuerdo que en cada una de estas ocasiones decía: "Puede que sea la última vez que vaya al cine antes de dar a luz" (Y también en mucho tiempo más, pensaba).

Y es que, la verdad es que tras el nacimiento las salidas ociosas se reducen bastante, y a veces incluso  a salir sólo por obligación a las visitas familiares rutinarias. En muchos sitios leo consejos, o incluso personas que me dicen "Mamás, os tenéis que dar un respiro, dejad al bebé con un familiar unas horas y salís al cine, o a cenar.."

Llamadme antigua, pero me niego a hacerlo si no es por causa mayor. En los primeros meses, el bebé es muy demandante, y por mucho que yo pueda sacarme leche y dejarle provisto de biberón para varias horas, no me siento cómoda "encasquetando" la faena a nadie, ni aún de pago. Y, además, creo que yo misma estaría tan nerviosa que ni llegaría a distraerme ni relajarme en mi salida.

Conclusión: Que al final no salimos. Hasta ahora.

Y es que esta semana ha llegado a mis oídos una iniciativa que no entiendo cómo no ha existido antes! La sesión teta!! Ir al cine con tu bebé!

Tan sólo unos pocos cines en España cuentan con ésta sesión, pero espero que triunfe y poco a poco vayan ampliándose las opciones. Consiste en poder asistir al cine con bebés de hasta un año aproximadamente a ver una película de estreno del momento.

Las salas en la Sesión Teta están aclimatadas para que no haga demasiado frío, el sonido se ajusta para que no moleste a los bebés, y si durante la película necesitas levantarte y pasear por la sala para calmar o dormir a tu bebé puedes hacerlo. Obviamente, si en algún momento se molesta a los demás asistentes, puedes salir hasta que se calme y después volver.

Generalmente esta sesión son los lunes a las 16.30, los martes a las 11.30 y una sesión especial los domingos a las 11.30 donde suelen proyectar películas infantiles, para que si hay algún hermano un poco más mayor pueda disfrutarla.

Durante la película tienes a tu bebé en brazos como si estuvieses en tu casa. Se aconseja, de hecho, el uso de portabebés, por comodidad y para no acumular carritos en la entrada de la sala. 

Bueno, y todo ésto, encima, por unos 6€ por cabeza! Vamos, que yo me apunto este lunes por primera vez, y creo que voy a repetir muuuuuchas veces!!

Por ahora los cines que tienen esta opción son:
  • Cines La Vaguada en Madrid
  • Cines El séptimo oficio, en BurgoCentro (Las Rozas, Madrid)
  • Cines Imperial de Sabadell
  • Cines Maldá de Barcelona
  • Multicines Porta Pi Terrazas de Palma de Mallorca
Y existe una página en Facebook donde informan de las películas que van a proyectar esa semana!!

sábado, 12 de diciembre de 2015

El lado oscuro de la lactancia..

Soy 100% partidaria de la lactancia materna, creo que es lo mejor para el bebé, tiene múltiples beneficios, y por mucho que la ciencia avance, pienso que jamás conseguirán igualar ninguna fórmula que supere a la sabia naturaleza. Pero como todo, a veces es un auténtico coñazo!

Mucho se habla actualmente de la lactancia en público, de normalizarla e integrarla en la sociedad. Una sociedad que ha sido educada sobretodo en la filosofía del biberón y en sistemas antinaturales y basados en el desapego.

Creo que es algo básico y necesario, nadie debería ofenderse por ver a una mujer amamantando en público, pues, si se piensa bien, simplemente se trata de un bebé comiendo, solo que los bebes comen de una teta. Pero nadie se escandaliza si ve a un gatito, un ternero, una oveja o cualquier otro mamífero mamando. Bien es cierto que no se ve a diario en situaciones cotidianas, pero ante tal imagen, mostramos, por lo general, ternura, no desaprobación.

Como digo, defiendo totalmente la lactancia en público, es más, me parece absurdo tener que plantearse el hecho de si defiendes o no, no debería tener que haber un debate en estas cosas, es algo natural y punto. Pero ante tantas noticias o anécdotas que llegan a mis oídos, me indigno.

Hoy, no lo habíamos planeado, pero hemos acabado comiendo fuera de casa, y durante la comida, en varias ocasiones mi bebé me ha pedido pecho. Soy consciente de que las personas con las que estábamos se sentían violentas ante esa situación. Es posible que alguna persona desconocida que haya estado en el restaurante lo desaprobase también, pero no puedo asegurarlo ya que me encontraba bastante ocupada (y agobiada) tratando de dar el pecho a mi bebé sin que a mí se me viese nada, de un modo en el que mi cachorro estuviese cómodo y relativamente tranquilo y a la vez, tratando de poder comer yo.

Yo entiendo que pueda ser un fastidio que decidas salir a comer para relajarte, y justo, tu comida sea "amenizada" por el llanto de un bebé, que cuanto menos, es tranquilizador. Pero hay que ver  las cosas desde el otro lado. 

No digo que sea blanco o negro, como dije hace tiempo, esto es puramente subjetivo, pero por si sirve, diré que no todas las que amamantamos en público estamos a gusto. Yo soy la primera que se siente violenta y reza por no tener que verse en situaciones así. Pero si hay algo seguro en la maternidad es que no puedes planificar todo, y la lactancia menos. 

Y es que, de todo hay en este mundo, y si hay quien se molesta por ver a un bebé lactando en público, hay quien se enternece también, y me he visto en situaciones en las que conocidos o no, se acercan, miran, sonríen, a veces te comentan algo a ti o al bebé..

Y ahí estás tú, cada día, en mitad del Mercadona, de la calle o simplemente en una habitación a parte en una comida familiar, tapada como buenamente puedes, haciendo como si nada, como si llevases toda la vida sacándote una teta y para ti fuese lo más normal estar al fin y al cabo despechugada a 3ºC.

Puede que todo esto suene ambiguo, que esté reclamando el derecho a que podamos hacer ésto en público, pero a la vez no quiera hacerlo, y es cierto. Tan sólo quería explicar, que una vez más, me he comido mis palabras, cuando decía hace meses que yo no iba a dar el pecho delante de nadie. Y siempre que puedo lo evito o al menos pongo todos los medios para ser lo más discreta posible sin descubrirme apenas, tapándome, o haciéndolo en otra habitación.

Pero no siempre es posible, y si he de anteponer algo, lógicamente será cubrir las necesidades de mi bebé antes que mi pudor. 

Así que, desde aquí, puedo declarar que no todas las madres que amamantamos en público lo hacemos gustosas y tranquilas, ni mucho menos con un afán de exhibicionismo (Que esto lo he oído yo in person!!) lo hacemos porque simplemente nuestros bebés comen, y comen de una teta.

jueves, 10 de diciembre de 2015

Un año juntos

Ecografía de 4+4 (4 semanas y 4 días)
Pocas cosas me han podido cambiar tanto la vida como esto. Recuerdo perfectamente los nervios de hace un año. La ilusión, y el miedo a la vez.


Recuerdo esa vocecita en mi interior que me decía que estabas ahí. Pero también recuerdo otra que me decía "No te ilusiones". 

El caso, es que pese a que decidimos esperar unos días para comprobarlo, por prudencia, porque en estas cosas ¿Quién sabe? los nervios pueden jugar una mala pasada y crear retrasos inesperados. Pese a eso, yo no pude contenerme y al salir de trabajar me pasé por la farmacia, y corrí a casa.

Los dos minutos más largos de mi vida. De verdad. Ni siquiera en el parto se me pasaban los segundos tan despacio. No había nada que pudiese distraerme en esos minutos, nada salvo mirar fijamente aquel palito.

Y de pronto, ahí estaba, en forma de rayita, una timida rayita rosa que me dibujó una sonrisa que aún no he podido borrar. Y luego vino el tembleque, ese pulso descontrolado por la adrenalina disparada, y de ahí corriendo a decírselo a papá, que estaba durmiendo, y creo que tuvo el despertar más extraño de su vida.

Pasado el momento del descubrimiento, la verdad es que poco recuerdo claramente de aquel día, salvo que empecé a leer y a buscar todo lo que pude sobre parto, embarazo y a pensar en cómo decírselo a cada persona y que me sentía como si llevase un letrero de luces de neón en la frente!

Y un año y una semana después de aquel precioso día, no puedo ser más feliz. Con mi rayita, que me dibuja sonrisas día a día, pero ninguna tan preciosa como la suya.



miércoles, 2 de diciembre de 2015

La importancia de los grupos de apoyo

Las madres estamos hechas de otra pasta, o eso se dice, una pasta de 50% amor y 50% paciencia. Pero no, no es así, también tenemos nuestro límite. El mío lo sobrepasé hace un mes, y espero no volver a vivirlo.

Mi cachorro tenía 2 meses y medio, y seguíamos peleando por la lactancia materna exclusiva, por aquello de que como tenía poca ganancia, en el pediatra, que nos veían cada 6 días, nos decían que estábamos en el límite. Así que como una loca, desde que tenía una semana de vida, yo me pasaba el día con el sacaleches en un pecho y al bebé en el otro. Durante hora y media, cada 3 horas como mucho. (No se puede decir que no fuese constante!!).

Me dolía el pecho, muchísimo, usaba el sacaleches eléctrico, el manual, me lo sacaba yo con mis propias manos (estimulas y drenas mejor) y me emocionaba cuando conseguía sacar "mucho" y me desesperaba cuando sacaba "poco".

Agotador. Poco a poco vas haciendo una bola, cada vez el cansancio es mayor, los quehaceres se acumulan y lo peor, las presiones sociales son cada vez más constantes, así que por muy tozuda que sea una, llega un punto en el que explotas.

Por motivos laborales de mi pareja, esa semana me encontraba sola prácticamente unas 23 horas y media. Y esa media hora que podía tener, la usaba en darme una ducha corriendo, y hacer todo lo que pudiese aprovechando que disponía de 2 manos y no una como el resto del día, y si aún me quedaba algún minuto libre de esos 30, pues me sentaba con el sacaleches!

Después del tercer o cuarto día consecutivo así, cerca de las cinco de la tarde, aún sin desayunar incluso, con el cachorro berreándome en la oreja, yo intentando que se enganchase al pecho sin éxito rompí a llorar, y no paré durante casi toda la tarde.

La desesperación era mayor cuando veía que en el sacaleches no caía ni una sola gota. Como llevaba semanas congelando leche, durante esa noche utilicé 3, pero ni con esas era capaz de que el terremoto se calmase hasta bien entrada la madrugada, cuando ya por cansancio caímos los dos.

El día siguiente comenzó con un nuevo grito en mi oreja, no habían pasado ni 5 horas. Y me negué. No pensaba volver a tener un día como el de ayer, no quería resignarme a llorar ni a ver llorar a mi bebé durante horas, ni perder las paciencia de nuevo.

Recordé que justo los jueves, en mi centro de salud, había un taller de lactancia, al que había ido cuando Cachorrito tenía 2 semanas. Y me empeñé en ir, aunque tenía mis dudas de si iba a tener que volverme a casa cuando no dejase de llorar el peque. ¿Y qué pasó? Que en cuanto cerré la puerta de casa, el gordote cerró la boquita y se durmió casi 3 horas.

Claro, llegas al grupo, y piensas "Ahora cómo digo yo que éste no duerme y que yo estoy desesperada, cuando ahora mismo podría haber un tornado y ni se inmutaría". Pero afortunadamente, en estos espacios no tienes que explicar nada. Te entienden.

Y es que, cuando hablas con otras amigas, vecinas o parientes que son madres, puedes llegar a sentirte incomprendida, un bicho raro. Algunas pueden decirte que "Eso no es nada, lo mio era mucho peor", otras pueden tacharte de exagerada y hay quien no te dicen nada porque ya ni se acuerdan, y es que al final todas estas cosas se olvidan (Si se puede olvidar el dolor del parto, ¿Cómo no vamos a olvidar estas cosas!?)

El caso, es que, aunque de primeras habrá a quien le suene raro, el reunirte con padres tan recientes como tú, contar tus experiencias, preguntar dudas o responder a las que alguien tenga, ayuda. No te sientes tan rara cuando explicas que hay días que te das cuenta a las seis de la tarde de que no has comido, o te desahogas contando todas las presiones externas que tienes.

Yo lo recomiendo totalmente, sobretodo en casos como en el mío, donde no tengo a ninguna mami reciente entre mis familiares o amigas.

El día después de aquel taller, acudí a uno que hace otra organización por mi zona una vez al mes. La semana pasada fui de nuevo, y esta vez sin problemas, contenta, con mi lactancia establecida, sin dudas, con ganas de ver cómo habían evolucionado éstos bebes en éste tiempo. La verdad es que repetimos sólo 2 personas de las que habíamos acudido a la anterior reunión, pero hubo muchísimas caras nuevas, padres con bebés de apenas 15 días y otros de un mes. Con sus dudas, con su cansancio y sus ganas de desahogo. Madres que decían "Hace días que no duerme nada, y ahora lleva 2 horas que no hay quien la despierte aquí".

Y casi casi piensas "Ufff! Menos mal que a mí no me ha pasado eso" Pero sólo casi.